lunes, 17 de octubre de 2016

DEPRESIÓN INFANTIL Y ADOLESCENTE

DEFINICIÓN 

Síndrome clínico que se define o evalúa con los siguientes criterios diagnóstico (Criterios del DSM-III tomados de García, J. y Rodríguez, J. 1998)

a) Estado de ánimo disfórico.

b) Por lo menos, cuatro de los siguientes síntomas:
 1) pérdida/aumento de peso/apetito;
 2) insomnio o hipersomnia;
 3) pérdida de energía;
 4) pérdida de interés o placer en las actividades habituales;
 5) sentimientos de autorreproche, culpabilidad inapropiada;
 6) disminución de la capacidad de concentración, y
 7) tendencias suicidas.

c) Duración: dos semanas como mínimo.

d) Exclusiones:

1) síntomas esquizofrénicos;
2) trastorno mental orgánico;
3) esquizofrenia de tipo residual, y
4) duelo no complicado.


Y, como criterios que la diferencia del cuadro clínico de adultos, Murray (1970), Alonso-Fernández (1988), Weinberg y col., (1973):  

1) temor a la muerte,
2) retraimiento social,
3) absentismo escolar,
4) quejas somáticas,

5) fracaso escolar,
6) disfunciones comportamentales,
7) ideación autodesaprobatoria,
8) conducta agresiva (manifestado regularmente en niños de 11 a 15 años) y
9) ansiedad general (manifestado regularmente en niños de 6 a 10 años).



CONCEPTUALIZACIÓN

La depresión es entendida, generalmente, por un grupo de síntomas en los que se encuentran emociones disfóricas  (tristeza, anhedonia, ansiedad, irritabilidad, inquietud, etc.) y comportamientos disfuncionales (enlentecimiento psicomotor, rabietas, retraimiento social, trastornos alimenticios, insomnio, verbalización de ideas pesimistas, etc.) que colateralmente afectan a un nivel somático además del ambiente social del individuo, esto, pudiendo servir como referencia para identificar a posibles personas depresivas; con deterioro en el aspecto físico, solitarias, de movimientos lentos y torpes, despistados y de semblante triste.
Sin embargo, por su estructuración cognitiva y vida social, los infantes y jóvenes adquieren síntomas predominantes, enfatizando en el retraimiento social, rabietas, ansiedad y quejas somáticas, ocasionando un mal desempeño en su vida escolar y social. Es por eso que muchos profesionales sugieren ver la depresión infantil como un síndrome clínico diferente de la depresión. Otros autores en cambio argumentan que por su gran similitud con el cuadro clínico normal, debería tomarse como una depresión pero con algunas consideraciones. También están los que afirman que no existe la depresión infantil ya que son síntomas transitorios del desarrollo infantil (Cantwell, 1983).

ETIOLOGIA

Akisgal y McKinney (1975) proponen 5 modelos explicativos con su respectiva escuela:

Psicoanalítica: Diversos autores: Arieti y Bemporad (1978, 1980), Bowlby (1980, 1988), Blatt 1974; Blatt, D’Afflitti, y Quinlan 1976; Blatt y cols, 1982 y Beck (1983) sugieren dividir, partiendo del análisis de Freud (1914) en “Duelo y melancolía,” la depresión en dos categorías; la depresión anaclítica o sociotrópica (dependiente, apego ansioso, indefensión y sentimientos de pérdida) y depresión introyectiva o autónoma (autocrítica, superyó severo y punitivo, preocupación sobre la valoración personal, y sentimientos de fracaso y culpa).
  Refiriéndonos a la depresión anaclítica, se desarrolla por el incumplimiento de un deseo intenso que predomina en los sujetos de tipo dependiente-ansioso, el deseo de este tipo de sujeto es, ser pasivamente gratificado en una relación exigente, asfixiante y pueril. El no cumplir este deseo genera sentimientos y pensamientos de soledad, indefensión y debilidad; tienen miedos intensos y crónicos de ser abandonados y estar sin protección. Y a menudo enfrentan éstos de forma primitiva como la negación y/o la búsqueda desesperada de sustitutos (Blatt 1974).
  La depresión introyectiva se desarrolla igualmente por el incumplimiento de un deseo intenso (o de sus metas) en los sujetos autoexigentes, este tipo de sujetos buscan reasegurar su valía por medio de objetivos, y dirige todos sus esfuerzos en esos objetivos específicos. El fracaso de sus metas genera en estos individuos sentimientos grandes de falta autovaloración-bajaautoestima, inferioridad, fracaso y una enorme culpa.

Conductual: siguiendo los modelos explicativos de
Ferster, Lewinsohn, Beck y Seligman. Se explica la etiología de la depresión como una consecuencia de la perdida de refuerzo de la conducta desde el entorno social. La conducta, al no tener un refuerzo social, pierde su valor de utilización y ocasiona que el niño reduzca su conducta y así sus posibilidades de recibir refuerzos, y con ello caer en el cuadro clínico. A su vez, la falta de refuerzo de una conducta puede deberse a la carencia de buenas habilidades sociales que facilitan la obtención de refuerzo. También puede ser ocasionada por una distorsión cognitiva del niño, es decir, categorizar cualquier acontecimiento de forma derrotista o negativa, provocando que el niño tenga una expectativa constante de fracaso, esto suele suceder por acontecimientos en los que el niño fracaso y experimentó sentimientos negativos.

Sociológica: autores como Álvaro, Torregrosa y Garrido 1992; Blanco y Díaz 2007, Brown y Harris 1978; Cochrane 1983; McLeod y Nonnemaker 1999; Sánchez, Garrido y Álvaro 2003; Yu y Williams 1999, elaboraron modelos explicativos de la depresión donde se consideran, a diferencia de modelos etiológicos-conductuales que ponen énfasis en la percepción del ambiente del individuo, la importancia de los fenómenos sociales en la percepción del individuo. Es así como el modelo explicativo sociológico contempla factores como: los estresores y las estrategias de adaptación, el apoyo social, la alienación y la autoestima.

 El estrés puede ser definido como el conjunto de demandas sociales y ambientales que sobrepasan la capacidad del individuo para ajustarse a las mismas. Los diferentes estresores pueden ser resueltos por estrategias de adaptación que pueden adquirirse o venir con la carga genética, se entiende que la carencia de estos mecanismos es la principal causa de que los estresores perjudiquen. Desde la sociología, la alienación es una forma de enajenación del individuo sobre el control del ambiente que le rodea y que crea ausencia de significado y propósito en la vida personal. La autoestima es la identidad o autoimagen que se crea en el proceso de interacción simbólica entre personas (Stryker 1980). Y también forma parte de los mecanismos que ayudan a sobrellevar las situaciones estresantes, es por eso que la mala interacción simbólica entre personas genera una autoestima pobre y esto conlleva a que el individuo no disuelva los estresores, que son el eje explicativo en este modelo.

Existencial: Este modelo explicativo, considera que la depresión puede ser causada por una pérdida de valor y sentido de la vida. Radica en la fragilidad de la relación del individuo con su propia vida ocasionando una pérdida de la vivencia del valor, valores que tienen un efecto vitalista, fortalecedor y emocional en la persona y su psique. Los efectos de la pérdida de estos valores suele atribuirse con un vacío interior, conocido como vacío existencial, frustración existencial, perturbación de la vivencia y disposición anímica.

Biológica: El conocimiento que tiene en este modelo es poco comparado con los otros modelos explicativos, este se basa principalmente en el papel que juegan varios neurotransmisores del sistema nervioso central, como los siguientes: catecolaminas noradrenalina y dopamina, la indolamina serotonina y la acetilcolina (Friedman y Thase, 1995; Thase y Howland, 1995). Así pues, la depresión puede entenderse como una irregularidad en la normalización de los siguientes sistemas neuroconductuales: 

1) facilitación conductual;
2) inhibición conductual;
3) grado de respuesta al estrés;
4) ritmos biológicos; y
5) procesamiento ejecutivo cortical de la información.

Los déficit en estos sistemas podrían ser heredados, adquiridos o presentarse por su vulnerabilidad genética (Thase y Howland, 1995).

EPIDEMIOLOGÍA

Un estudio realizado por el Centro de Investigación y Estudios Avanzados en Ciencias de la Salud, Facultad de Medicina, Universidad Autónoma del Estado de México y Unidad de Investigación, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, publicado a través de un artículo de la revista Medicina e investigación en el 2014, expuso datos de 326 niños de 8 a 12 años.

Tabla realizada por Revista de Medicina e Investigación 2014;2(2):107-111



Al ser uno de los factores más relevantes en el desarrollo de la depresión en infantes, la disfunción familiar fue contemplada en los estudios realizados.




Tabla realizada por Revista de Medicina e Investigación 2014;2(2):107-111


Se estimó que del 34,1% de los 326 niños, sólo el 8,7% presentaba síntomas de depresión, es decir 28 niños. Y del 65,9% de los niños sin disfunción familiar, solo el 3,07% cumplían con el cuadro clínico de depresión. Los datos revelaron la importancia de la funcionalidad familiar en la salud mental de los niños.

Por otra parte, se encontró que los niños de 8 y 11 años abarcaron la cifra más grande de casos de depresión, seguido de los niños de 10 años.



Tabla realizada por Revista de Medicina e Investigación 2014;2(2):107-111

También se encontró que de las 58 niñas con disfunción familiar, solo 17 presentaban depresión, siendo un valor mayor que al de los niños, que solo se presentaron 11 casos de 53 niños.



Tabla realizada por Revista de Medicina e Investigación 2014;2(2):107-111

De acuerdo con los resultados dados por la escala de Beck, los síntomas o sentimientos mayor frecuentados por los niños fueron:” estoy triste siempre, las cosas no me saldrán bien, todo lo hago mal, soy malo muchas veces, no me gusta como soy, tengo ganas de llorar muchos días, no puedo decidirme, todas las noches me cuesta dormir, quiero matarme y me peleo muchas veces” Revista de Medicina e Investigación (2014).
Entre 1990 y 2010, estudios realizados por el del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) en México, reveló que la tasa de suicidios se duplicó, de 2.3 a 4.5 por cada 100 mil habitantes, y que sin duda los niños y jóvenes no estaban exentos en esas cifras, ya que en ese mismo lapso se multiplicó por ocho en niñas y niños de entre 10 y 14 años (de 2.1 a 17.7).

La depresión es un trastorno de problemáticas mundiales, pudiendo presentarse a cualquier persona a cualquier edad, sus causas pueden ser variadas, teniendo mayor importancia el factor social, biológico y conductual. Y sus consecuencias pueden ser desde un retraimiento social hasta el suicidio. Es por esto que es de suma importancia reconocer los síntomas para ayudar a la gente cercana y evitar lamentos.


TIPOS DE EVALUACIÓN

Los tipos de evaluación son los instrumentos en los que el psicólogo de apoya para poder determinar el síndrome o problema psicológico que presenta el paciente. 

Para determinar una depresión y la gravedad de ésta, podemos utilizar los siguientes tipos de evaluación:

  • Inventario de Beck
  • La escala de depresión de Hamiltón.
  • La escala de depresión de Montgomery.


El Inventario de Beck, es una auto-evaluación del paciente, que consta de 19 reactivos.
Incluye temas de melancolía, pensamientos negativos, tristeza, relaciones sociales, sueño y percepción de sí mismo.

La escala de Hamiltón, es heteroaplicativa. Consta de 17 o 24 reactivos, dependiendo de la versión utilizada. Evalúa el humor deprimido, sentimientos de culpa, tristeza, irritabilidad, sueño y alimentación.

La escala de Montgomery, es heteroaplicativa. Consta de 10 reactivos. Evalúa los síntomas y gravedad de la depresión, con temas como ansiedad, tristeza, alimentación, tensión,sueño, pensamientos negativos y suicidas.




García (1998), menciona además los siguientes tipos que se utilizaron en un caso con depresión grave de un adolescente:

  • Pensamientos negativos predominantes (Cautela y Upper, 1976). 
  • Autoeficacia percibida (Sherer y Adams). 
  • GSE: «Sentido de la autoeficacia general» (Sherer y Adams, 1983); 
  • SSE: «Sentido de la autoeficacia social» (Sherer y Adams, 1983).
  • Modos predominantes de afrontamiento (Lazarus y Folkman, 1986). 
  • Estilo atribucional (Seligman, Semmel, Abramson y Von Baeyer, 1979). 


CLASIFICACIÓN

Para clasificar una depresión debemos tomar en cuenta los elementos de evaluación anteriores, que determinarán si es: 

  • grave 
  • notable 
  • ligera
  • inexistente 

En el caso de la escala de Hamiltón, agrega una clasificación más, que es la de muy grave.

Una depresión grave, se caracteriza por un estado de ánimo de tristeza con gran intensidad, con una pérdida de interés de la vida, las personas se sienten abrumadas, con la sensación de que su vida es un caos y no tiene sentido. Se presentan síntomas como falta de interés o placer, pérdida o aumento de peso, trastornos de sueño, pérdida de energía, culpa, disminución en la capacidad de concentrarse, pensamientos negativos incluso de suicidio, aislamiento, irritabilidad y ansiedad. Pueden extenderse éstos sentimientos por meses e incluso, por años.


Una depresión ligera, se presenta sólo con algunos de los sentimientos mencionados anteriormente, y no son tan severos, asimismo, se mantienen por menor cantidad de tiempo en la persona.



ESTRATEGIAS Y PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN

Como hemos visto, los sentimientos que acompañan a la depresión infantil y adolescente, son muy similares a los que un adulto presenta, dependiendo la edad que se tenga habrá algunas variantes, por ejemplo la culpa, que se presenta después de los 10 años de edad.

La participación de los padres es fundamental, ya que muchas de las acciones, pensamientos, ideas y actitudes de los niños inicialmente suelen ser copia del comportamiento de los padres. 

Asimismo, es importante que los padres pongan atención en el comportamiento de los hijos, para poder detectar los síntomas de la depresión y poder atacarla antes de que se complique y sea grave. 

De acuerdo con estudios publicados en el artículo titulado "Factores infividuales y familiares asociados con la sintomatología depresiva en adolescentes de escuelas públicas en México", que dan como resultado que las mujeres tienen mayor posibilidad de presentar sintomatología depresiva en comparación con los hombres, aún cuando no se saben los motivos, se considera que se debe a factores genéticos, hormonales, culturales e incluso, por las expectativas de género y estructura familiar, así como otros factores que influyen como la baja autoestima, la violencia intrafamiliar, el consumo de alcohol y la falta de comunicación con los padres.

Si bien, el número de mujeres con depresión es mayor que el de los hombres, es ellos sus consecuencias pueden tener repercusiones de gravedad mayor que en las mujeres, como son los intentos de suicidio letales y consumados.

Las principales formas de intervenir para ayudar a los pacientes de depresión son: 

  • El apoyo de los padres y de las personas que conviven con ellos, 
  • Terapia psicológica, y 
  • Tratamientos farmacológicos.


La intervención de los padres, radica en apoyar al niño, escucharlo, brindarle seguridad, confianza, ánimo, evitar que hable de momentos dolorosos, apoyarlo e incitarlo para que haga actividades físicas fuera de casa, no culparlo, apoyarlo para que se mantenga aseado, que regule su alimentación y se esfuerce por cumplir con sus obligaciones.

La terapia psicológica hará intervención en el control de la depresión. Con la terapia conductual, se pretende corregir las ideas deformadas que tiene de la realidad, dándole salidas lógicas y racionales, ayuda a cambiar pensamientos negativos por positivos, establece estrategias para que logre solucionar conflictos y aporta las bases para que logre socializar.

Los tratamientos farmacológicos que suelen utilizarse son inhibidores de la monoamioxidasa, los tricíclicos y los antidepresivos.

En México tenemos una idea de las dimensiones, costos y posibles acciones a seguir para prevenir la y tratar la depresión, sin embargo no se cuentan con los programas y políticas públicas suficientes, es necesario implementar un sistema que se encargue de tratar a fondo estas problemáticas y ayudar eficientemente a la población con depresión. 

Será necesario desarrollar alternativas que permitan una mejor atención de la problemática de salud mental en los jóvenes, poniendo atención en conductas como la violencia y las adicciones.


REFERENCIAS

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